Familia, Tradiciones y Territorio
La historia del Molino comienza en el lejano 1950.
Desde entonces, la molienda a piedra ha sido la técnica cardinal utilizada con pasión y dedicación para producir las 5 harinas “MACINA D'ALTRI TEMPI”, seguida de la molienda a cilindros.. Esta práctica tradicional, que se sigue adoptando aún hoy, da a las harinas una calidad única, transmitiendo la autenticidad de un tiempo que parece no haberse detenido nunca.
Sin embargo, el Molino Iaquone es más que un simple lugar de producción: es un guardián de las raíces familiares y de las tradiciones transmitidas de generación en generación. La familia Iaquone ha sido y sigue siendo el corazón palpitante de este molino, cuyos pilares portantes están firmemente anclados en sus raíces y en los valores que las tradiciones llevan consigo.
Gracias a la visión del fundador, Rocco Iaquone, y a través de nada menos que cuatro generaciones, nuestro empeño en preservar el sabor auténtico de las antiguas harinas se convierte en un hilo conductor que une el pasado al presente, atestiguando con orgullo nuestra historia de pasión y dedicación.
El territorio circundante, impregnado de historia y cultura, contribuye a plasmar la identidad del Molino Iaquone. La posición en la intersección entre dos reinos históricos, con las respectivas influencias culinarias, añade un elemento distintivo a las harinas producidas. La unión del respeto por el territorio con la maestría en la molienda a piedra hace únicas las harinas del Molino Iaquone.
De esta manera, en el surco de las tradiciones, entre la evocación del pasado y el reto del presente, el Molino Iaquone sigue moliendo historias de familia e inmortalizando el sabor auténtico de las antiguas harinas. La molienda a piedra se convierte entonces en el hilo conductor entre las generaciones, un vínculo indisoluble entre el Molino, la Familia y el Territorio que narra la historia del arte blanco con pasión y autenticidad.